miércoles, octubre 15

Orgulloso egoismo




Las cosas no van bien... Se nota, se siente, casi puede llegar a verse.
Para que una vida se derrumbe lo único que hace falta es que alguna de las piezas clave se deteriore... Es entonces cuando todo te empieza a ir mal.
Las horas enloquecen solas, se esconde la luz detrás de una ventana siempre bajada... desde la que ya nadie podrá ver la oscuridad de mis sentimientos.
Las letras que vomito no desahogan mi dolor, las secuencias divididas de mi perturbada imaginación no logran sacar fuera de ella todo lo que realmente quisiera.

Estoy solo y me siento abandonado.

Las voces de un teléfono no significan nada para mí, al contrario, se desbocan intimando mi absurda soledad.
Siento que he cambiado, ya no soy el mismo. Me siento en la misma silla delante del mismo ordenador, pero ya nada es igual... Mi vida está cambiando, y no me gusta el rumbo que está cogiendo.
Me ofendo con las palabras más inocentes, grito mi ira contra quien menos debería,... no me soporto ni yo.
Ni siquiera un ascenso en el trabajo me hace sentir bien, pues hoy me ascendieron a encargado y... no se digerirlo como lo hubiese hecho hace tiempo, saltando de alegría y celebrándolo por todo lo alto.
Oigo susurros dentro de mí que no logro descifrar... ¿Acaso estoy volviéndome loco?

Espero que todo esto que me acontece sea un tramo de mi vida, que en un futuro recuerde, e intente olvidar. Aunque nunca he conseguido olvidar ninguno de estos... Me aferro de mala manera a estos espacios de tiempo, clavados en mí, acurrucados en mi pensamiento...

A veces me gustaría volver el tiempo atrás y trabajarme la vida de otra forma. Pensar en cada paso libre y detenidamente. Sin presiones. Libre.
Pero no se como ni porqué siempre llego al mismo punto. Solo y magullado por mi propio egoísmo. El orgullo corroe todas las palabras que mi boca derrama llenándolo todo de ira y rencor...

Y ahora, bajo la luz que siempre a acompañado mis veladas más intimas busco a la amiga que siempre tuve a mi lado, la que nunca me abandonó y siempre buscaba yo...
Soledad... amiga mía... como has cambiado... Ahora me haces sentir mas solo que nunca, pues te tengo por obligación.

No hay comentarios: