viernes, octubre 17

El deseo de llorar


Las ventanas de mi hogar siguen cerradas. La luz de un penetrante noviembre triste y frió ya ha penetrado por debajo de las puertas... No se como sacarlo, pues parece ser, que cualquier tiempo pasado fue mejor.


Todo pasa deprisa, los huecos que marco al caminar van calando hondo dentro de mí. Quiero taparlos, pero es imposible ahogar el mar.

Siento que, a pesar de que todo sucede según lo que se preveía, no ocurre de la forma que más me gustaría.


Me siento mal, me siento culpable. Es un peso que nunca podré superar.

Nunca antes me había sentido así. Tengo un nudo en el estómago que no me deja ni llorar, pues antes lo hacía con frecuencia cuando las cosas se me escapaban de las manos, pero ahora..., no puedo hacerlo. No sobre las tejas de un tejado que yo solo he construido.

¿Cual es la forma más fácil para empezar a llorar? Estas lágrimas malditas se agolpan en mi garganta pero no logro sacarlas.


Quizá en estas navidades, cuando vea como quedan las noches bajo unas sábanas vacías, descubra la forma más sutil de ahogar la pena y, por fin, encontrar el desahogo que tanto necesito ahora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te animo a seguir el camino del cada dia, y piensa que el cielo tambien llora cuando te ve mal y que cada vez ultimamente llora con mas fuerza de impotencia de verte mal a ti. cuando desprende mil lluvias y mas fuertes son sus lagrimas de verte asi. Animo y piensa en positivo siempre, te quiero. belen.