Lo bueno se acaba rápido... Termina tan deprisa que casi no te das cuenta de lo que estás viviendo.
¿Porqué lo bueno tiene que pasar siempre tan rápido?
El viernes 19 disfruté como un niño viendo de nuevo a la mismísima Mónica Naranjo en su particular Tarántula Tour.
Después de hacer cola durante más de doce horas pude verla nuevamente en directo, no desde la posición que merecía por todo el tiempo que estuve esperando, pero la vi bastante bien...
Sin contar con la mala suerte de tocarme justo detrás de la gente más alta de todo el Palacio de Deportes... No es que sea bajito, pero mi metro ochenta de altura no me brindó las suficientes ventajas ante tipos de dos metros... por lo menos!
Sin contar tampoco con el típico imbécil de turno que se pega todo el concierto alzando una grabadora en la mano, con el único fin de tener más protagonismo en el foro de la artista cuando cuelgue el audio del espectáculo.
Del nauseabundo olor que obligatoriamente respiré tampoco veo oportuno hablar, pues no encuentro palabras que describan el olor de axilas y bajos fondos de algunos asistentes...
Resumiendo, aunque haya mucha gente que no opine igual que yo, fue un concierto impresionante, no tanto como el Freedom en Málaga, pero fue espectacular.
Hubo un detalle que me encantó: ver hacer la ola a las mas de 10 mil personas que llenábamos el Palacio de Deportes me hizo disfrutar como un niño. Simplemente me encantó, aunque creo que hice un poco el ridículo cuando la repetíamos por quinta vez y yo gritaba que ya me podía ir tranquilo...
Me gustó.
Las horas de cola fueron de lo más agotador... Cuando llegaron las tres de la tarde pensaba que me moría, con el estómago lleno y tirado al sol en mitad de la calle Felipe II en lo único que podía pensar era que ese infierno acabara ya.
Aunque luego llegara la recompensa.
Al acabar el concierto nos fuimos a descubrir el ambiente de otro espectáculo: Chueca.
Me lo pasé genial. Me reí como nunca. Y también conocí a la ganadora de Gran Hermano 9 Judit, muy simpática por cierto.
Al día siguiente, como me había prometido, fui a ver a mi abuela.
Me la encontré un poco más apagada que la semana anterior, aunque me dio la sensación de que estaba algo más animada, pues ella no sabe realmente lo que tiene.
Los médicos dicen que en un mes, o dos como mucho, se irá.
No quiero pensarlo. Solo espero que el dolor de todo esto pase lo antes posible.
Esa noche también nos adentramos en las profundidades de ese barrio tan particular. Descubrimos lugares tan irreales que no pensamos que existieran fuera de míticas series como Queer as Folk...
No se si pasé mas miedo que otra cosa mientras atravesábamos los famosos cuartos oscuros para poder llegar a tomarnos una simple copa... En qué sitios nos metemos...
En definitiva, fue un fin de semana muy especial.
Irrepetible,... aunque siempre que pueda intentaré revivirlo.
Nota informativa:
¡Ya está solucionado el problema con los comentarios de Cicatriz! A partir de ahora ya puede criticar todo el que quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario