Mirando atrás una semana parece que me he comido todo el verano de un solo bocado. Y es que los dos únicos viajes que tenía programados para evadirme un poco de la realidad, ya los he hecho, practicamente uno detrás del otro, sin darme tiempo siquiera a darme cuanta de los lugares donde estaba.
El sabado 5 bien temprano mi destino era Madrid, ciudad de ensueño... Al menos para mí. Me encanta ir allí, sobretodo a esa plazita tan particular donde no importan tus preferencias sexuales. Lástima que no tuviese tiempo ni de pasarme por allí... La cita con la ciudad era para otro evento muy diferente a lo que de verdad me hubiese gustado: El orgullo gay se celebraba ese fin de semana. Pues bien, yo estaba totalmente en la otra acera: Una boda hetero!!!
Me lo pasé bien reunido con gran parte de la familia, la cual no veo muy a menudo prque todos viven allí. Se me agolparon muchos sentimientos esa noche...
Ver a mis tías, sobretodo a dos de ellas, me hizo dar un vuelco el corazón... Cuanto más tiempo pasa más se parecen a mi madre, a la cual echo mucho de menos en mi vida.
Ella estaba allí también, bajo las miradas y gestos tan parecidos a los que ella tenía... Ella también sonreía al vernos reunidos a todos.
Pues se acaba la boda y a la mañana del Domingo 6 vuelta al sur, y deprisita que a las tres me tocaba trabajar... No quiero ni acordarme de la tarde que pasé bajo la chapa caliente de la gasolinera, con tan solo dos horas de sueño y 420 kilómetros a la espalda...
Pero aquí no acaban los viajes... Como ya comenté hace unos dias, este verano quería ir a la playa para que mi hija la viese, ahora que es un poco más grande. Pues bien, el martes 8 tomo rumbo a Torremolinos (Málaga), cansado y con ocho horas de trabajo cargadas. Menos mal que estaba mi novio para conducir...
Me encanta la sensación que me produce ver apartarse las montañas dando paso a el mar... Aunque luego no me guste mucho tumbarme en la arena y esas cosas que suelen hacerse cuando uno va de vacaciones a la playa.
Nada más llegar, y ya de noche lo primero que hice fue meterme en el agua, bastante fría por cierto. Me gustó mucho ese momento, y es algo que haría todos los años, quedaría algo así como una tradición... Intentaré llevarlo a cabo si la suerte de poder irme a la playa todos los años sigue vigente.
Este viaje no fue todo lo bonito y especial que me hubiese gustado. No por nada en concreto si no porque mi naturaleza como persona, es que todos los integrantes del grupo de los que íbamos, lo pasasemos bien... Y al final olvidé preocuparme por mí...
Quería hacerlo todo, y en 48 horas es un poco imposible... No puedes acostarte al amanecer con la intención de pasar todo el día en la playa... y mucho menos con un bebé..., para luego después volver a acostarte al amanecer...
Como es normal, en ese plan no todos salimos contentos.
Me conformo con haber ganado una experiencia más y procuraré no cometer los mismos errores la proxima vez.
Ahora he vuelto a la rutina, no se cuando podré volver a salirme de ella... Esperare ansioso el momento, aunque esta claro que como en casa no se está en ningun sitio, por mucho que nos pese el resto del año. Quiza me he acostumbrado a esta rutinaria vida particular mía, y salir de ella me hace desearla después con mucha más fuerza.
El sabado 5 bien temprano mi destino era Madrid, ciudad de ensueño... Al menos para mí. Me encanta ir allí, sobretodo a esa plazita tan particular donde no importan tus preferencias sexuales. Lástima que no tuviese tiempo ni de pasarme por allí... La cita con la ciudad era para otro evento muy diferente a lo que de verdad me hubiese gustado: El orgullo gay se celebraba ese fin de semana. Pues bien, yo estaba totalmente en la otra acera: Una boda hetero!!!
Me lo pasé bien reunido con gran parte de la familia, la cual no veo muy a menudo prque todos viven allí. Se me agolparon muchos sentimientos esa noche...
Ver a mis tías, sobretodo a dos de ellas, me hizo dar un vuelco el corazón... Cuanto más tiempo pasa más se parecen a mi madre, a la cual echo mucho de menos en mi vida.
Ella estaba allí también, bajo las miradas y gestos tan parecidos a los que ella tenía... Ella también sonreía al vernos reunidos a todos.
Pues se acaba la boda y a la mañana del Domingo 6 vuelta al sur, y deprisita que a las tres me tocaba trabajar... No quiero ni acordarme de la tarde que pasé bajo la chapa caliente de la gasolinera, con tan solo dos horas de sueño y 420 kilómetros a la espalda...
Pero aquí no acaban los viajes... Como ya comenté hace unos dias, este verano quería ir a la playa para que mi hija la viese, ahora que es un poco más grande. Pues bien, el martes 8 tomo rumbo a Torremolinos (Málaga), cansado y con ocho horas de trabajo cargadas. Menos mal que estaba mi novio para conducir...
Me encanta la sensación que me produce ver apartarse las montañas dando paso a el mar... Aunque luego no me guste mucho tumbarme en la arena y esas cosas que suelen hacerse cuando uno va de vacaciones a la playa.
Nada más llegar, y ya de noche lo primero que hice fue meterme en el agua, bastante fría por cierto. Me gustó mucho ese momento, y es algo que haría todos los años, quedaría algo así como una tradición... Intentaré llevarlo a cabo si la suerte de poder irme a la playa todos los años sigue vigente.
Este viaje no fue todo lo bonito y especial que me hubiese gustado. No por nada en concreto si no porque mi naturaleza como persona, es que todos los integrantes del grupo de los que íbamos, lo pasasemos bien... Y al final olvidé preocuparme por mí...
Quería hacerlo todo, y en 48 horas es un poco imposible... No puedes acostarte al amanecer con la intención de pasar todo el día en la playa... y mucho menos con un bebé..., para luego después volver a acostarte al amanecer...
Como es normal, en ese plan no todos salimos contentos.
Me conformo con haber ganado una experiencia más y procuraré no cometer los mismos errores la proxima vez.
Ahora he vuelto a la rutina, no se cuando podré volver a salirme de ella... Esperare ansioso el momento, aunque esta claro que como en casa no se está en ningun sitio, por mucho que nos pese el resto del año. Quiza me he acostumbrado a esta rutinaria vida particular mía, y salir de ella me hace desearla después con mucha más fuerza.
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