
Pues ya tengo 28 ... Ya son 28 las veces que soplo las dichosas velitas...., aunque no recuerdo si las soplé en el primero de mis cumpleaños.
Los años pesan, no se quien inventó este dicho, pero la verdad es así... aunque no para todo, dentro de mí aun respira ese niño que soplaba las velas en su vigésimo cumpleaños. Espero que esa energía no se me acabe nunca... Aunque los ojos se me cierren un par de horas antes de las que solía acostumbrar con esas edades...
No se si seré único en pensar que en este día uno se siente especial. En mi caso es así.
El día de mi cumpleaños me sentí especial conmigo mismo. Quise ser feliz y lo conseguí. Mi meta solo fue sentirme bien, y hacer que todas las personas que me acompañaban sintiesen lo mismo... Creo que lo conseguí.
Solo puedo decir que lo pasé genial, y que toda esta familia a la que normalmente llamamos amigos, me hizo pasarlo en grande, me arropó con todo el calor del mundo... y... ¡cómo llegué a sentirlo! Todo fue muy especial.
Los regalos que todos y cada uno de ellos me hicieron no fue lo más importante (¡¡¡ya tengo PsP!!!), aunque tengo que decir que más de uno de ellos fue algo más que emotivo para mí. Me gustó como sus miradas sonreian al ver como abría esas sorpresas sorprendentes... Me gustó como todos compartían mi felicidad...
Me gustó que me hiciesen feliz.
Ojala todo el mundo, en el día de su cumpleaños, sienta todo lo que yo sentí ese día.
Solo se que aún cuando llegue a cumplir esos años de la tercera edad, si es que llego a ellos... recordaré mi 28 cumpleaños... y solo gracias a todos vosotros.
Gracias por sumar a mis años un gran grado de amistad.
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