Corazón esclavo

No se como se llamar a la ayuda que nadie te puede dar...

Me siento solo ante el grave problema de mi vida, me siento atrapado entre las afiladas garras de la persona a la que siempre quise... pero al mismo tiempo es ahora la persona a la que estoy empezando a odiar.

¿Como puedo afrontarlo? No quiero arreglar nada con ella, pero si quiero que me deje volar... que me deje vivir.

¿Me esta torturando sabiamente para que explote? No se muy bien cuales son sus intenciones, pero si lo que quiere es sacar la peor parte de mi lo está consiguiendo...

Se que no estoy solo antes esto, pero no necesito un hombro en el que llorar... Lo que necesito es un abogado que económicamente no puedo permitirme.

Pienso mal, y no se si estaré acertando... quizás los recuerdos de un corazón inocentemente engañado me torturan y no me dejan dar el paso que tengo que dar.
Se que voy a sufrir con esto, pero... ¿vale seguir sufriendo como lo hago para luego sufrir más aún? Quizá debería dar el paso de una vez... Al menos así me despojaré de este camino de cristales rotos, en el que no puedo dar un paso más... A mis pasos ya no le queda sangre que derramar... A mis labios no le quedan palabras que argumentar...

Sé que tú no vas a leer estas palabras, porque no te he invitado a que las leas. Pero si alguna vez sintieras lo que yo siento, si alguna vez conocieras cuales son mis únicas alas para alzar este vuelo... me gustaría que pensaras lo que estás haciendo... Me gustaría que vieras en lo que estás convirtiendo el inmenso aprecio que te tenía... Como madre y como mujer.
Quizá yo ya perdí para ti todo derecho de piedad, al dejarte sola ante la vida, o traicionada como susurrabas... pero ¿crees que todo está perdido? ¡Déjame vivir y vive tu propia vida!
Ya no es un consejo... ahora es una suplica.